|
||||||
"La
California Original" |
||||||
Reseña Gráfica de una |
||||||
Eran años de bonanza, el alimento no escaseaba, las cacerías y la recolección producían buenos resultados y el esfuerzo era recompensado por la obtención de tiempo libre disponible para los aspectos intelectuales. Para entonces, gran parte de la tribu había desarrollado el arte de manifestarse en muros y techos de los sitios usados para vivir como cuevas y oquedades, abiertos por la naturaleza en las faldas de profundos acantilados y, donde estos primeros californios, se guarecían de las inclemencias que el tiempo, eventualmente, ofrecía en las noches y en los días fríos del invierno así como del inclemente sol del verano. Habían ideado también la forma de tener acceso a altos puntos de las paredes y techos de esas cuevas que eran su hogar, la figura siguiente muestra una probable forma, no muy elaborada pero suficiente, de hacerlo usando troncos de palmeras, abundantes en oasis y aguajes de las serranías californianas.
Hace 5000 años el clima era, al parecer, algunos grados más caliente que hoy o al menos más húmedo, esto probablemente producía una mayor cantidad de lluvias que las que actualmente se presentan y, debido a esto, la producción de alimentos que la naturaleza ofrecía era también un poco más satisfactoria haciendo al medio peninsular más asequible de lo que ahora es, o de como los conquistadores españoles lo encontraron a mediados del siglo XVI. Hace 19000 años, en la tierra, empieza a ceder la edad del hielo la cual se estabiliza más o menos unos 6000 años atrás, en ese lapso los niveles marinos subieron unos 60 m en promedio –actualmente el ritmo de incremento de los niveles alcanza unos 3 mm por año–, hacia el año 9500 a. C., terminaba la era del Pleistoceno, la cual marca el final de la última gran glaciación, con esto da inicio el Holoceno que comprende los últimos 11500 años. Ya en este período, hace unos 3500 a 5000 años, las tribus peninsulares habían desarrollado esa habilidad, la de dejar excelentes manifestaciones pictóricas en las cuevas que habitaban (Nota: Los científicos aún no se ponen bien de acuerdo en la antiguedad de estas manifestaciones pero conservadoramente se pueden ubicar a no más de 2000 años A.C. aunque mucho las ubican aún como más antiguas). Una de esas manifestaciones, magnífica, la plasmaron en el sitio hoy llamado “San Borjita”. Este punto está localizado en la posición geográfica aproximada en 26°55’15” de latitud Norte y 112°12’60” de longitud Oeste, sobre la cordillera de La Giganta, en la zona que adopta el nombre de sierra de San Pedro. Puede observarse en esta gran cueva una reseña de lo que fue una sangrienta guerra entre tribus, las fotografías que aquí se muestran y que corresponden a manifestaciones pictóricas primitivas dan fe de esos hechos. Se observa claramente la gran cantidad de cuerpos flechados o atravesados por lanzas, pueden verse a los jefes tribales de gran penacho proclamando la victoria y a los enemigos de las máscaras tipo escafandra cruzados por la primitivas armas junto con algunos otros cuerpos también flechados. Existe un personaje que presenta hasta once lanzas o flechas en su cuerpo. En algún sitio de la pared de la cueva se observan, tallados en ellas, lo que al parecer es una representación de la parte sexual externa femenina, la vulva, las que se presentan en gran cantidad. Además, existe la representación de algunos animales como un venado y un gran pez. No cabe la menor duda de que la representación principal es la que corresponde a la reseña de la eliminación de enemigos de la tribu, que pudo haber sido, en una sola o varias batallas, pero eso, sólo ellos lo sabían. Así también, la representación de la zona sexual externa femenina, que a decir de nuestro guía, los expertos antropólogos indican que eso representa a los matrimonios consumados dentro de la tribu, sin embargo, analizando el contexto general del mural plasmado, se antoja más una reseña que indica los trofeos femeninos sustraídos a los enemigos derrotados o, tal vez, un simple registro de los individuos del sexo femenino que en la tribu se tenían. Eso, como lo digo arriba, solo y únicamente los artistas de la cueva lo sabían, incluso, a lo mejor representan otra cosa. Con muy grandes dudas de parte de quien los escucha, los expertos en estos temas podrán aventurar algunas otras teorías al respecto, lo que resulta extremadamente difícil por la poca o nula información que de los ocupantes peninsulares antiguos se tiene. Pero eso no lo podemos remediar, ahora sólo observemos y disfrutemos del legado gráfico que esos antiguos pobladores californios nos dejaron y cada quien podrá hacer sus propias conjeturas e imaginar lo que quiera que esas figuras les inspiren, a miles de años de distancia… ¿Quién de los autores nos podrá refutar con propiedad? Las reseñas históricas de la conquista, que son las que dan cuenta de las tribus indígenas peninsulares encontradas por los españoles, indican que los indios de la tribu cochimí –la región donde se localizan las pinturas de la península es zona cochimí– sólo acataban a decir que las pinturas las habían realizado una raza de gigantes, sin dar mayores detalles, pero negaban que sus antepasados o que ellos fueran descendientes de los autores. Las pinturas rupestres californianas se localizan en increíble profusión entre la latitud de los 26° y 28°. A decir de los actuales pobladores rancheros de la sierra de San Francisco, “...existen cientos de cuevas con pinturas y muchas de ellas sólo nosotros las conocemos”. Los misioneros jesuitas, fueron realmente los primeros occidentales en tener noticias de ellas y comprobar su existencia, pero como lo indicamos, no lograron hacerse de mayor información de voz de los indígenas en relación a quienes pudieron haber sido los artistas y, sabedores de primera mano, del grado de primitivismo e ignorancia que estos indios padecían, terminaron por aceptar la negativa de su autoría. Por otro lado, déjenme comentarles que para llegar al sitio, en caso de que deseen ir, deben hacer lo siguiente: Primero, viajar a la población de Mulegé (medio día de camino desde La Paz), antes, les recomiendo asegurar hotel, pueden hacer su reservación en el hotel “Las Casitas” (Tel.:615-1530019), modesto pero limpio, excelente restaurante y bar, mejor que muchos en La Paz, atendido por su propietario, Javier Aguiar Zúñiga, personaje autóctono, amable y buen anfitrión. Con Javier o su hijo infórmense de la manera de llegar a “San Borjita”. Lo que tendrán que hacer es más o menos lo siguiente: Deben mañanear, 7:30 a.m., desayunar en el restaurante del hotel y de ahí trasladarse a la casa de la delegación municipal, edificio antiguo de principios del siglo XX, –construido por el gobernador San Ginés–, en este sitio hagan su registro, no cuesta nada, una vez hecho esto enfílense por la carretera transpeninsular rumbo a Santa Rosalía, luego de haber recorridos unos 20 kmt sobre la carretera está el poblado, minúsculo, de “Palo Verde”, en este punto pueden comprar sus últimos refrescos o hielo (no les digo cervezas porque seguro de eso van bien), al final del pueblo, sobre la carretera, a mano izquierda –yendo de aquí pa´ya– están los letreros que indican “Pinturas Rupestres San Borjita”, tomarán esta vía, no muy buena ya que se trata de un camino vecinal con mucha piedra pero transitable (recomendado pick-up, jeep, x-terra, toyota o similar, no apto para automóviles bajos). Siguiendo por este camino llegarán a un primer rancho llamado “El Perdido” (no teman, es difícil perderse, aquí hay pocas desviaciones), en éste rancho pueden llegar a preguntar si van bien y qué desviaciones no tomar (aquí vive la familia Valenzuela Ojeda, pregunten por Ramón, por cierto hacen muy buen queso de chiva). Deberán continuar para un recorrido total de 30 kmt desde la carretera, llegarán hasta donde el camino termina, el rancho es “San Baltasar”, propiedad de la familia Gorozave, (papás “del” Javier Gorosave y “del” Eduardo, los de la CFE y suegros del Dr. Pozo, el radiólogo). En este punto les proporcionarán un guía al que sí hay que pagarle, unos 400 ó 500 pesos, o ellos les dirán cuanto; di’hay pa’ya ya no hay problema, quedan en manos del guía, por otro lado, la caminata no es pesada, una media hora, mi esposa, con seis tornillos en la columna, no tuvo problema alguno. El tiempo bueno para ir es de noviembre a mayo, el resto del año tendrán temperaturas de 40° C para arriba, Uds. saben. ¡Buen Viaje!, vale la pena, espero se animen y dejen descansar el colchón de su casa por una vez en su infeliz vida. |
||||||
|
||||||
simon@californax.com ; simoscar@gmail.com |