Paisajes, Pasajes, Simbolismos,
Costumbres y Personajes de Baja California Sur, México.
"La California Original"
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Es una página sólo para californios de profundas raíces en la Auténtica
California
y
californios, por
adopción,
que
aman esta tierra como propia y que han
creado un verdadero
vínculo de
identidad y pertenencia con ella.
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A una distancia aproximada de 630 kilómetros al norte de La Paz, capital de Baja California Sur, “La California Original”, se encuentra la población de San Ignacio. Esta población tiene su origen en la época misional jesuita, a principios del siglo XVIII, cuenta con uno de los edificios misionales más completos de la California jesuítica con una bella nave y arquitectura exterior también digna de admirarse. La misión Población de gente tranquila y de profundas y antiguas raíces en la zona, en este tranquilo oasis sudcaliforniano se pueden encontrar múltiples atractivos para el visitante, región siempre llamativa para los habitantes del propio estado californiano, y no se diga, de agradables sorpresas escénicas para el visitante de otras partes del país y del extranjero, sobre todo, resulta muy especial para aquellas personas aficionadas a la fotografía de paisajes, aves y naturaleza en general así como de edificaciones antiguas. Para todo aquel que le sea atractiva la naturaleza, visitar la región de San Ignacio tiene garantizada una estancia agradable e inolvidable. La recomendación para visitar el sitio y conocer su entorno es que, primero, se cuente con un buen vehículo con el cual se pueda transitar por caminos del tipo brecha, de preferencia doble tracción para aprovechar mejor la oportunidad de estar en estos lugares y no perderse de algún espectáculo por no tener un acceso adecuado a lugares “fuera de ruta”, no obstante, el no contar con un vehículo así no será impedimento para acceder a casi todos los sitios a los que haya acceso vehicular. Así mismo, se debe disponer de al menos unos seis días para tener el tiempo suficiente de visitar lo que la zona ofrece, estos atractivos, además de los que de por sí ofrece la carretera transpeninsular en su recorrido desde La Paz hasta San Ignacio, por mencionar los más recomendables, son, entre otros, los que se indican enseguida:(1)- En la temporada de enero a marzo, es posible el avistamiento de la ballena gris en sus lugares de apareamiento y parición, esto en la laguna de San Ignacio que es un cuerpo lagunar marino que penetra tierra adentro (ensenada de boca estrecha y cuerpo de agua ensanchado) partiendo de la bahía de Ballenas sobre el océano Pacífico, en temporada existen planes que pueden ser contratados en San Ignacio o en los embarcaderos de la misma laguna, este punto se localiza a unos 60 kilómetros de la población hacia el suroeste de la misma. (2)- En las inmediaciones de la población, unos 30 kilómetros, sobre la carretera que va a la población de Santa Rosalía, al sur, está el espectáculo que ofrece la zona volcánica de Las Tres Vírgenes y el volcán Los Azufres, un par de volcanes vistos muy de cerca desde cualquier punto sobre la carretera transpeninsular o vistos desde el campamento ecoturístico localizado en la planicie de Las Vírgenes. Los volcanes (3)- En la propia población de San Ignacio se encuentra el edificio misional de la misión jesuita de San Ignacio de Kadakaamán, edificio del siglo XVII, fundada por el jesuita Juan Francisco Luyando, el edificio misional fue concluido por el dominico Juan Crisóstomo Gómez, de austera pero no por eso menos admirable arquitectura del tiempo de la conquista misional de La California Mexicana, hoy Baja California Sur, “La California Original”. El interior de la misión (4)- El oasis ignaciano ofrece a cualquier hora del día un agradable espectáculo que invita a la reflexión, a la meditación contemplativa y a la observación, en paz y tranquilidad, de la plenitud de la naturaleza californiana, palmeras datileras y de “taco” dan marco al cuerpo de agua dulce del arroyo de San Ignacio, este arroyo-laguna sirve de cobijo a innumerable variedad de aves acuáticas y es un remanso paisajístico especial para el fotógrafo de la naturaleza. Además, el propio pueblo invita al relajamiento y al descanso, una agradable plaza pública con calles limpias y pacíficas; una buena taza de café puede ser degustado mientras se contempla el conjunto misional y la plaza desde una mesa en la banqueta del restaurante "La Misión de Kadakaaman" propiedad de Efraín Lastra. El pueblo y su entorno (5)- Para aquellos que logran hacer un esfuerzo de levantarse temprano, antes del amanecer, se recomienda transitar un tramo, unos 6 ó 7 kilómetros, sobre la carretera que va de la población a la zona de la laguna de San Ignacio y ver el amanecer, en el horizonte, sobre la sierra de La Giganta en el sur, el volcán de Las Tres Vírgenes en el noreste y la sierra de San Francisco en el norte. Amanecer en sus alrededores (6)- En el pequeño museo (muy pequeño para el gran potencial arqueológico de la zona), administrado por el INAH, puede solicitarse permiso para tener acceso a la zona de las milenarias pinturas rupestres ya sea de Santa Martha o de San Francisquito, ambas zonas localizadas sobre la sierra de San Francisco pero en puntos diametralmente opuestos de la misma sierra, con este permiso, que sólo cuesta unos cuantos pesos por persona, se tiene derecho, además de la visita propiamente dicha, a que se le contacte, vía radio, y asigne un guía de la localidad a la que se haya decidido ir (el importe de los honorarios del guía debe ser cubierto directamente a él en el sitio), para estas visitas, a cualquiera de los dos puntos, se necesitará disponer de todo un día completo, el acceso a algunas de ellas, sobre todo algunas de la región de San Francisquito, puede resultar más tardado y se requerirá de mucho más tiempo, sin embargo, en ambos sitios hay pinturas que son accesibles en un solo día como es el caso de la cueva de El Ratón en San Francisquito(Ver Nota 1) y de la cueva de El Palmarito en Santa Martha. Además del espectáculo de las pinturas rupestres californianas, el recorrido hacia estos lugares ofrece la vista de agrestes paisajes con abruptas serranías de caprichosas formaciones rocosas y acantilados, en la zona de San Francisquito (Ver Nota 1) pueden observarse espectaculares y profundos cañones que por su belleza escénica en sí vale la pena la visita a esta región. La zona de pinturas rupestres de Santa Martha (7)- Otro de los sitios de los alrededores de San Ignacio y que vale la pena visitar está sobre la vecina costa del océano Pacífico (distante unos 90 kilómetros de esa población) es el poblado de Punta Abreojos en la cual se tiene también el punto llamado Campo René, la primera es una extraordinariamente limpia población costera que resulta otro sitio que invita a la pacifica reflexión mientras se toma uno un tiempo de relax en su agradable malecón, observando el océano y aves de mansedumbre que llama la atención como águilas pescadoras, gaviotas, garzas grises gigantes, la gran garza blanca, garcetas, ibis de diversos tipos, entre otras; el Campo René es un sitio de manglares también con gran profusión de aves costeras y un lugar de campamento con cabañas y espacios para casas rodantes, cuenta con un buen restaurante en el que se puede disfrutar de pescado y mariscos frescos de la región, este sitio se encuentra a unos cuantos kilómetros antes de llegar a la población de Punta Abreojos. Esta población, Punta Abreojos, fue fundada en la década de 1948 por un grupo de 38 ignacianos destacándose las familias Arce, Villavicencio, Zúñiga, Lieras, Ojeda y Murillo entre otras. Algo que al visitante llamará la atención en esta zona es la casi inexistencia de basura en el entorno y dentro de la propia población, algo poco común en nuestro querido México, además, en el trayecto desde la población de San Ignacio se adentrará uno en el inmenso desierto de Vizcaíno enmarcado con la pedregosa cadena montañosa llamada sierra de Santa Clara, estas montañas pueden ser observadas a la distancia, no demasiado lejanas, ofreciendo también un escenario digno de detenerse para su observación. La vecina población de Punta Abreojos (8)- Toda la región de San Ignacio ofrece el espectáculo característico del desierto californiano con una extensa variedad de cactus y paisajes que tienen como fondo grandes extensiones montañosas, todos estos espectáculos naturales pocas veces son disfrutados por los automovilistas que, en su prisa por llegar a su destino ya sea en el norte de la península o en el sur de la misma, nunca se toman el tiempo para detenerse, aunque sea un momento, para admirar lo que la naturaleza de Baja California Sur, “La California Original” les ofrece de manera grandiosa y generosa. El desierto (9)- Finalmente, mencionaremos que esta pacífica y agradable población de San Ignacio ofrece adecuado hospedaje por medio de algunos pequeños hoteles además de contar con restaurantes con una cocina de buen nivel, en este caso y en mi muy particular recomendación los invito a hospedarse en el Hotel Ricardo y degustar la cocina del restaurante “Rice & Beans” del mismo hotel, el establecimiento es atendido por su propietario, Ricardo Romo Cota, y, sin temor a equivocarme, les puedo decir que en la región, desde Loreto a Guerrero Negro, no encontrarán mejor cocina que en este sitio. El hospedaje y la cocina (1) Nota aclaratoria: Don Enrique Hambleton Von Borstel me hace la aclaración que a continuación inserto para que sea tomada en consideración (para justificar el comentario se conserva el texto original del reportaje -16-03-2010): Sr. Mendoza, Lo felicito por su envio. Tengo también que decirle que cuando se refiere a la sierra de San Francisco y los accesos a la pintura rupestre, menciona a San Francisquito, error que muchos cometen... El poblado se llama San Francisco de la Sierra y los que alli viven se ofenden al ser cofundidos con la bahia de ese nombre al sur de Bahia de Los Angeles. Le sugiero, de la manera mas atenta y amigable, que cambie usted el texto.
Cordialmente,
Enrique Hambleton Von Borstel
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