Corría la segunda mitad del siglo XX en La Paz y existían algunos personajes connotados como el apreciado e ilustre profesor Don Jesús Castro Agúndez mejor conocido como “Don Chucho Castro”. En una ocasión era parte del presidium en uno de tantos actos públicos que la oficialidad en turno acostumbra promover, en dicho acto, uno de los oradores era la también ilustre aunque menos que “Don Chucho”, profesora María Ortega, a la sazón Don Jesús “Chucho” Castro contaba ya una buena cantidad de años; en una de las expresiones del discurso de la susodicha profesora y queriendo ensalzar a Don “Chucho” Castro expresa:….”bla, bla, bla… Don “Chucho” Castro, aquí presente, que es una “reliquia viviente”, ...bla, bla, bla”…. y continuó hasta terminar su intervención. Cuando el acto terminó Don “Chucho” Castro se acerca a la maestra y discretamente le expresa: María te agradezco tus palabras pero….."reliquia viviente tu chin... madre".