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Paisajes, Pasajes, Simbolismos, Costumbres y Personajes de Baja California Sur, México.

"La California Original"

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Es una página sólo para californios de profundas raíces en la Auténtica California y californios, por adopción, que aman esta tierra como propia, que han creado un verdadero vínculo de identidad y pertenencia con ella.
 

De Turista en Santa Rosalía
La Población con Mayor Contenido Histórico y Cultural "Físico y Visible", la "Ciudad Museo" por
excelencia de Baja California Sur, "La California Original"
Santa Rosalía, "...donde sobre las viejas raíces se forman nuevas ramas..."


 

Tal vez cien o más veces en toda mi vida habré estado en Santa Rosalía, unas de paso y otras por motivos de trabajo ésto, cuando trabajaba para C.F.E., y eventualmente, debía hacer trabajos de mantenimiento en la subestación eléctrica y en los generadores de la antigua planta eléctrica pero, nunca lo había hecho en calidad de “turista” como lo hice en compañía de mi esposa Aidé el pasado 27 de septiembre del 2010.

La ciudad de Santa Rosalía vista desde la lejanía

Luego de una estancia de cuatro días en Loreto obedeciendo a la convocatoria para asistir a un festejo familiar de la extensa familia Davis [los Davis loretanos son parientes de Aidé]. En realidad el plan original era irnos, luego del festejo, a La Purísima cruzando la sierra de la giganta por el camino de terracería que pasa por Canipolé –el rancho del famoso dicho: “donde quiera se cuecen habas menos en Canipolé”–, pasa también por el rancho La Hierbabuena donde vive Don Oscar Murillo, por Calagúa y San Isidro. Nos disponíamos a salir luego de un delicioso desayuno en el restaurante del hotel Oasis, propiedad de Doña Gloria Davis y Guillermo Besinger, y buscaba en el teléfono móvil el número de Quyti Peralta para hablarle y avisarle que por la tarde estaríamos ya en La Purísima, en eso, suena el teléfono, y ni más ni menos que era Quyti, nos hablaba para decirnos que no iban a estar ellos en el pueblo pero que por favor fuéramos, que habían tenido que ir a La Paz por una cita médica para Pedro, su esposo. No teniendo objeto la ida, aunque sabíamos que la posada y su casa estaban totalmente disponibles aún no estando ellos, como en otras ocasiones, no tenía caso ir ya que el motivo principal era visitarlos y pasar ratos de amena charla con esa sin igual pareja de amigos. Sin meditarlo mucho le dije a mi esposa: Pedro y Quyti no van a estar en La Purísima, están en La Paz viendo medico para Pedro, ¿Qué te parece si mejor nos vamos a Santa Rosalía de turistas?, en otra oportunidad los iremos a visitar. Aidé, gustosa me dijo que si y nos preparamos a salir a carretera rumbo a la metrópoli de “Cachanía” (nombre de cariño con que se conoce a Sta. Rosalía) y turistear un par de días entre los “cachanecos”.

Como siempre, cuando viajamos por la espectacular carretera transpeninsular, lo hacemos no muy de prisa para poder admirar los magníficos escenarios que ofrece esta carretera, sobre todo en el tramo comprendido entre el cañón del Huatamote al Sur de Loreto y la población de Guerrero Negro en el Norte. Así, salimos de Loreto y a nuestra mano izquierda nos quedaba la accidentada cordillera de La Giganta, luego de varios kilómetros adelante, de pronto, se abre a nuestra vista el inigualable espectáculo de la bahía de La Concepción, bordeada de acantilados que la misma serranía le proporciona, así también con sus ensenadas y numerosas y famosas playas como las de “El Requesón”, “Armenta”, “Santispac”, “El Coyote”, etc.

Paisaje que se puede admirar entre la población de Loreto y Santa Rosalía

Saliendo de la bahía llegamos a Mulegé, en esta tranquila población se encuentra uno de los edificios misionales jesuitas –la misión de Santa Rosalía de Mulegé– que, al igual que en San Javier, Loreto, San Luís Gonzaga y San Ignacio, presenta un adecuado grado de conservación por las restauraciones a las que ha sido sometido. Por cierto, Mulegé a sido muy maltratada por los huracanes que han pasado por el sur peninsular en los últimos años, no obstante esto, se nota la gran entereza de sus pobladores para levantarse de nuevo y hacerle frente a la adversidad.

Por fin, a la distancia, observamos la región donde está enclavada Santa Rosalía, desde poco antes del sitio llamado Palo Verde pudimos ver que una gran lluvia caía sobre los “cachanecos”, rayos y centellas pudimos observar sobre esa región, nos detenemos a la orilla del camino, en la explanada que forma la desviación que va a la ranchería de San José de Magdalena, desde ahí admiramos a lo lejos el espectáculo de la lluvia y los rayos, en el mismo sitio, ya una pareja de loretanos había tomado posiciones de observación al igual que nosotros –para un sudcaliforniano que se precie de serlo, la lluvia es uno de los fenómenos naturales que más atractivos le resultán, independientemente de la forma como se presente: lluvia de temporada, huracán (ciclón o chubasco), equipata o tromba, siempre será bienvenida y muy bien apreciada bajo la premisa de: "hace más bien que mal"–,

Santa Rosalía, es una población que sustenta y fundamenta su nacimiento y desarrollo en la actividad minera. Surge a raíz del descubrimiento del mineral de cobre, lo cual ocurre cuando, una vez, transitando por el monte de la región, buscando algún animal, intentando recoger algún tercio de leña o queriendo cazar algún venado, o simplemente viajando desde su rancho a otro sitio, ¡que sé yo!, Don José Rosas Villavicencio de la ranchería de Santa Águeda descubre unas raras formaciones pétreas, esféricas, que se encontraban en algunos lugares a flor de tierra, estas bolas o “boleos” de mineral resultó cobre en altas concentraciones, sorprendentemente casi el 25% de su volumen correspondía a este mineral. A raíz de esto, en 1872 se instala en la zona la empresa Eiseman y Valle para la explotación de cobre sin éxito trascendental. En el año de 1885, al amparo de una concesión con temporalidad de 50 años emitida por Don Porfirio Díaz, se instala en la región la compañía minera francesa “El Boleo”, a partir de este momento surge a la vida también un nuevo pueblo minero de Baja California Sur, el de Santa Rosalía, o como cariñosamente los sudcalifornianos llamamos hoy “Cachanía”.

Fotografía de la Antigua y Próspera Santa Rosalía
 

La minera “El Boleo” cierra sus puertas en 1954 luego de 69 años de operación; en 1957 el gobierno mexicano reactiva la explotación cuprífera por medio de la Compañía Minera Santa Rosalía, S. A., en oportuno apoyo para los pobladores de “Cachanía” que pugnaban por su fuente de trabajo tradicional, finalmente, en 1985 esta compañía cesa en forma definitiva su operación. No obstante, en la población existían ya algunas otras actividades productivas como plantas procesadoras de pescado, explotaciones mineras de yeso tanto en tierra firme como en la isla de San Marcos –la isla de yeso como le llaman algunos –, hoy la ciudad es cabecera municipal del municipio de Mulegé y su economía se ha diversificado con la pesca de calamar, el comercio interno, la burocracia oficial y cierta economía que se presenta o genera por el paso de todos aquellos que transitan de sur a norte o al contrario sobre la carretera transpeninsular que suelen pernoctar o al menos consumir en alguno de los restaurantes o comprar en alguna tienda del pueblo.

Santa Rosalía es el más nuevo de todos los antiguos pueblos del gran estado de Baja California Sur, “La California Original”, hoy es poseedor de un gran legado histórico, el mayor de cualquier pueblo peninsular californiano, su arquitectura que proviene de sus tiempos de mayor gloria, cuando la compañía “El Boleo” estaba en pleno auge, cuenta con un icono de la arquitectura mundial representado por el edificio de su curiosa y muy bella iglesia católica dedicada a Santa Bárbara –Santa Bárbara, virgen y mártir, originaria de una población cercana al mar de Mármara, vivió en el siglo III y se festeja su día el 4 de diciembre, patrona de los mineros, de los que manejan explosivos, de los electricistas y de los soldados de artillería –, esta iglesia fabricada de planchas de hierro y unidas con remaches, obedece a un diseño, según se dice, del gran ingeniero francés Gustave Eiffel –el mismo ingeniero que construyó la famosa Torre Eiffel en París, Francia–, el edificio presenta unos excelentes y llamativos vitrales. Edificación de no muy considerable tamaño pero, con atractivas formas y con interiores de madera de buen gusto representa un punto que todo visitante debe conocer, sea o no religioso. A Santa Rosalía le corresponde también el honor de ser una de las primeras poblaciones de México que contó con energía eléctrica, teléfono y algunos otros adelantos modernos que el emporio minero le proporcionó.

Pasajes de lo Actual y su Arquitectura
 

Además del pueblo como tal, existen otros puntos de interés que son dignos de visitar, uno es el museo localizado en el edificio de “la dirección”, edificio que ocupaban las oficinas principales de la compañía “El Boleo”. Santa Rosalía merecía, más que ninguna otra población del estado californiano, la denominación de "Pueblo Mágico", no obstante, los designios políticos y sempiternas corruptelas de nuestro devenir nacional impusieron a Todos Santos para tal nombramiento, y miren que soy "medio" todosanteño pero, con esto no quiero decir que éste último no lo merezca, quiero decir que, desde mi muy particular y tal vez poco válido para muchos "enterados", punto de vista, Santa Rosalía lo merecía primero y punto, discusión cerrada.

Otro sitio interesante es el gran edificio industrial, hoy fuera de uso, de “la fundición” que alojaba también la antigua planta eléctrica y su casa de máquinas, este edificio remodelado en alguna de sus áreas, y convertido en un museo de sitio, es atendido por Don José Corona, “Don Pepe”, ameno personaje “cachaneco”, antiguo extrabajador de la minera, que lo guía a uno en un recorrido por el edificio mostrando las diversas máquinas que aún pudieron salvarse del saqueo que en algún tiempo se tuvo –ya no tiene caso decir y discutir el por qué, en México así ocurren las cosas– luego del abandono y cese de actividades. Un edificio más que vale la pena visitar, o mejor aún, hospedarse en él, es el "Hotel Francés”, decorado de época con un excelente gusto, es en realidad un museo más de la población que también no debe dejar de verse, hotel atendido actualmente (año 2010)por la amable Lupita Camacho Manríquez.

"La Ciudad Museo", sus Museos y su Entorno
 
 

En calles principales del pueblo se observa un notable avance en aspectos de conservación en cuanto a la limpieza de calles se refiere, al menos las principales. Existen en algunos sitios pequeñas locomotoras y máquinas que otrora se usaban en la actividad minera y para el acarreo de mineral desde las minas a la planta de fundición, aquí sí –va el retobo y el “arrempujón” (como siempre, sólo cuando se amerita)– debo mencionar, esos equipos que son parte del legado histórico de Santa Rosalía ofrecen un aspecto poco edificante, deplorable diría yo, creo que una buena ración de acciones de rehabilitación y mantenimiento son urgentes en ellos, se que en este tipo de cosas todos se van a echar la bolita: “que yo no fui, que fue teté, que el de enfrente es el que fue, etc., etc.”, un comité ciudadano pro conservación de esos iconos “cachanienses” sería conveniente, y la gente que es de Santa Rosalía y muchos que no lo somos, pero apreciamos nuestra historia, lo agradeceríamos y cooperariamos para tal fin. Todo eso, hablando desde el punto de vista turístico "vende", lo único es qué hay que presentarlos "vendibles", obsequiosos y amables a la vista (esto es algo que muchos mexicanos aún no "entienden").

Por otro lado, el entorno natural de la región representado por el vecino conjunto de volcanes de Las tres Vírgenes y Los Azufres es algo digno de admirarse, así también, las pinturas rupestres de la cueva de “El Palmarito” en la ranchería de Santa Martha, queda relativamente cerca de esta población y un plan de visita bien puede abarcar esa posibilidad, así también ese plan de paseo puede llegar a la muy cercana población de San Ignacio de Kadakaamán con su bello edificio misional. Para el que quiere paisajes y actividad en el ambiente marino están los sitios de San Lucas y San Bruno, en estos lugares el potencial de pesca deportiva está también presente pero no explotado, todo esto que menciono es también vendible turísticamente hablando pero, como todo comercio se requieren buenos vendedores y eso está muy chivón por la falta de astucia e inteligencia de los que debieran hacerlo o promoverlo.

Cuando alguien dice: “en Santa Rosalía no hay nada que ver”, francamente creo que, a diferencia de otras poblaciones ésta sí tiene mucho que ver, juzguen ustedes mismos con las imágenes que con gusto les presento en este espacio. El potencial turístico de esta ciudad es algo que por falta de visión de la oficialidad en turno que, regularmente, su principal acción es ser “cobra quincenas”, no se ha impulsado adecuadamente, no saben o no conocen que existe un turismo que no anda buscando solamente playas y pesca, hay un turismo que busca historia, cultura, conocer las raíces y las tradiciones de los sitios que visita, un turista que también busca escenarios naturales o bien, intimadamadrementemente, en último caso, muchos turistas buscan las dos cosas (se avisora en el horizonte una nueva explotación minera, esto tal vez cambie el derrotero, o vuelva de nuevo, hacía esa actividad, y resultará entonces complejo combinar industria con turismo).

Una amenaza latente más para la permanencia y vida las poblaciones del golfo de California es la futura carretera del pacífico que condenará a San Ignacio, Santa Rosalía, Mulegé y Loreto a que todo aquel que en el futuro transite hacía el sur ya no pase por estos lugares, con esto, el chamaco de los tamales y burritos, el dueño del pequeño restaurante, el del pequeño hotel, el panadero y el del changarro ya no tendrán a quien vender el refresco, la galleta, los cigarros, las empanadas y cuanta chuchería hoy se comercializa, llenar el tanque de gasolina, etc. Algo debe hacerse, con inteligencia –¿esta chivón?, si ya lo se–, para buscar alternativas viables para esta región, un posible remedio sería si al transitar, en el futuro, por la carretera del pacífico se estableciera un peaje, tal vez, el tráfico se compartiera y la amenaza también pudiera llegar a reducirse en cierta medida, ¿habrá visión de estado y equidad a este respecto?, ¿usted que piensa?, yo digo “esta ca…chetón, los intereses de algunas encumbradas personalidades es mayor que el bien de miles”, ¡que difícil y complejo nos resulta a los mexicanos llegar a visualizar aspectos de sustentabilidad socio económicas de las micro regiones y actuar en consecuencia!. Estudiar y dar apertura a los potenciales de la región será tarea de los próximos gobiernos, mucha visión e inteligencia será necesaria para proveer alternativas de desarrollo socio económico para todos esos pueblos de "la ruta del golfo" que dentro de poco se verán sin "transitantes".

No quiero dejar de mencionar que, si la visita la decides hacer en los días de la Semana Mayor o Semana Santa, podrás además presenciar el tradicional festejo llamado “Los Fariseos”, una tradición instaurada por los indios yaquis sonorenses que la compañía “El Boleo” trajo a fines del siglo XIX para trabajar en las minas, la tribu que vino puso como condición primordial que se les permitiera desarrollar esa tradición, desde entonces se lleva a cabo prácticamente sin interrupción, hoy continúa realizándose, ahora sí que “religiosamente”, por los descendientes de aquellos yanquis que originalmente llegaron a la región que, dicho sea de paso, ya son nuestros yaquis sudcalifornianos. Durante la persecución religiosa de Plutarco Elías Cálles estos yaquis se iban a los montes a realizar, escondidos de miradas ajenas, su ritual.


Festejo de "Los Fariseos"
Semana Santa en Santa Rosalía

 


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